...Era un chico alto, guapo, fuerte, con cara de chulo y prepotente, pero a la vez de bueno y humilde. Laura se enrojeció, cogió los libros del suelo y siguió andando. El chico se acercó, la agarró del brazo, y le pidió disculpas. A ella no le importó, ni muchos menos, y le preguntó por su nombre. Él se llamaba Javi y le preguntó el suyo. Laura tartamudeó tanto, que Javi se fue alejando de ella, hasta que soltó de un grito que se llamaba Laura. Estuvieron hablando un rato, incluso Laura perdió varias horas de clase, pero se le fue la noción del tiempo hablando con Javi, que veía que era una persona maravillosa. Se hizo muy tarde, y Laura ya se tenía que marchar. Al llegar a casa, sus padres le preguntaron que donde estaba, y ella emocionada le contó todo lo que le pasó con Javi, pero al contrario, sus padres se horrorizaron y le prohibieron que no faltará a ninguna clase más. Laura todavía no creía que no la entendieran, pero se dió cuenta de que tenía que estudiar, ya que estaba con una beca. Al día siguiente se encontró con Javi otra vez, pero ella intentó despistarle para que no perder tiempo, pero no pudo ser; él estaba en la puerta con una chica. Ella se quería morir, solo de pensar que podía ser su novia, pero se tranquilizó y fue a hablar con ellos, pero especialmente, para saber quien era aquella chica que estaba con Javi.
Continuará...
Lágrimas nubladas
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